Los tres errores que hundieron tu start-up

Carles Bonfill
Carles Bonfill
Siempre que leo títulos grandilocuentes y tajantes pienso en recetas sensacionalistas vacías de contenido, así que para aterrizar el tema y asegurarme de que no me desvío, pondré como ejemplo un proyecto que monté en 2005 y que, pobrecito, no duró más de 2 años. Se trata de nuestraporra.com, una plataforma para hacer porras deportivas online. De la autopsia digital de NuestraPorra extraje tres grandes máximas que me han acompañado desde entonces.

No escuchar al mercado

Tu start-up tiene que solucionar un problema real. Cuando creé NuestraPorra pensaba que las porras en papel era un anacronismo, por eso imaginaba que los usuarios se lanzarían en masa a NuestraPorra una vez conocieran la posibilidad de hacer porras online. Estaba tan convencido de mi idea que no la replanteé ni un instante, de hecho, solo se la expliqué a mis socios con máxima discreción y de allí empezamos a programar.

¿Resolvíamos un problema? La verdad es que no nos molestamos ni en preguntárselo a los usuarios que hacen porras habitualmente, fuimos adelante con el proyecto bajo la premisa de que nosotros sí lo usaríamos.

Para evitar actuar a ciegas y para ver si nuestra idea tiene mercado es fundamental compartirla entre el público potencial lo más pronto posible, con mentalidad abierta y con serenidad ante las críticas. A veces nos cegamos tanto con nuestra idea que reaccionamos a la defensiva cuando alguien cuestiona nuestro proyecto. Tendría que ser todo lo contrario, la visión de nuestros posibles usuarios tiene que servir de punto de reflexión para mejorar lo que pensábamos o para cuestionarnos la conveniencia de llevar a cabo el proyecto. Como dicen los expertos, hay que escuchar al mercado.

No tener un modelo de negocio

En NuestraPorra no sabíamos cómo hacer dinero. La intención era crecer en número de usuarios y una vez hubiéramos cogido masa crítica ya pensaríamos en poner publicidad o en cobrar un tanto al usuario. Eso no es tener un modelo de negocio, esto es improvisar o esperar que suene la flauta.

Por más que hablemos de un negocio digital, los principios económicos que rigen una start-up son los mismos que los de cualquier empresa, los ingresos tienen que ser superiores a los gastos.

Es cierto que en los últimos años hemos escuchado muchas historias de inversiones millonarias y ‘éxitos’ de empresas que no tenían un modelo de negocio claro o empresas que no han facturado ni un euro. Es difícil no dejarse deslumbrar por cifras tan vistosas, pero no hay que perder la perspectiva, estos casos son excepcionales y, por lo tanto, hay que tratarlos como anécdotas. Mi recomendación para poder poner en marcha un proyecto online es tener muy claro qué se vende y qué precio tiene desde el minuto 1 y no cuando supuestamente nuestro negocio arrastre a millones de usuarios.

La sobre-programación

En el 2005 se empezaba a hablar de la web 2.0. Emocionados con el cambio de paradigma tecnológico que esta web 2.0 representaba quisimos hacer un producto de porras online que lo tuviera todo: motor de generación de porras, importación automática de direcciones, áreas privadas, comentarios, chat. La programación se alargaba mucho más de lo que habíamos planificado pero no pasaba nada porque pensábamos que cuanto mejor fuera el producto más usuarios vendrían.

El hecho de posponer tanto el lanzamiento retrasó el choque con la realidad. Nos dimos cuenta que NuestraPorra no interesaba a nadie después de casi un año de desarrollo. Si nos hubiéramos centrado solo en las funcionalidades clave podríamos haber llegado exactamente a la misma conclusión mucho antes. Hubiéramos ahorrado recursos, esfuerzos y sacrificios.

Es fundamental sobre todo en un proyecto que parte de cero enfocarse en aquellas funcionalidades que representan el valor diferencial de nuestra propuesta. Todo el resto se puede considerar ornamental. Una vez el proyecto ya cuente con usuarios reales, si puede ser de pago, el propio uso y feedback que nos proporcionen es el que nos dará pistas sobre qué funcionalidades hay que añadir, modificar o suprimir.

El hombre siempre tropieza dos veces con la misma piedra

Un año después de NuestraPorra, el año 2008, emprendí un nuevo proyecto digital: Halftomato.com, una web de contactos para conocer gente nueva. No duró ni un año. Una vez más cometí un error básico: no tener modelo de negocio. Pero esto es otra historia.

Si queréis hablar de cualquier idea que solucione un problema real, que tenga un modelo de negocio claro y centrado en un conjunto reducido de funcionalidades me podéis encontrar al timón de www.easypromosapp.com en carles@easypromosapp.com.

Artículo publicado originalmente en Cataluña Económica